ANTECEDENTES.

 

          En realidad, si entendemos este concepto en términos muy amplios, podemos decir que la biometría se practica desde el principio de los tiempos y, de hecho, nosotros mismos la practicamos muchas veces a lo largo del día sin casi darnos cuenta. Por ejemplo, cuando descolgamos el teléfono y escuchamos la voz de la persona que esta llamando, nuestro cerebro trata de comprobar si esa voz se parece a cualquiera de las muestras que tiene almacenadas en su memoria y que ha ido recopilando a lo largo de nuestra vida. Si nuestro cerebro encuentra similitudes suficientes entre alguno de sus recuerdos y lo que está escuchando en ese momento, entonces reconocemos a la persona que nos ha llamado. Si no, asumimos que estamos ante alguien a quien no conocemos. Del mismo modo, los animales reconocen a otros animales, incluidos los seres humanos, por características biométricas tales como el olor, el tacto o el timbre de la voz.  Algunos de los puntos estratégicos del cuerpo humano usados en el reconocimiento por biometría

 

 El reto de la tecnología biométrica radica en conseguir que las máquinas puedan llevar a cabo esas operaciones de reconocimiento que son, en apariencia, tan simples y que lo hagan de forma rápida y libre de errores. Igual que ocurre con otras capacidades humanas, tales como el lenguaje, dotar a las máquinas de la capacidad de llevar a cabo la identificación con efectividad, se ha revelado como una tarea muy compleja.

 

  La biometría es una tecnología basada en el  reconocimiento de una característica física e intransferible de las  personas. Los sistemas biométricos incluyen un dispositivo de captación y un software que interpreta la muestra física y la transforma en una  secuencia numérica única. En el caso del reconocimiento de la huella digital, se ha de tener en cuenta que en ningún caso se extrae la imagen de la huella, sino una secuencia de números que la representan, esto además sirve para que nadie que opere con estos sistemas guarde un registro “fotográfico” de las huellas digitales con la posibilidad de reproducirlas para otros usos. Sus aplicaciones abarcan un gran número de sectores: desde el acceso seguro a la PC y redes, protección de ficheros electrónicos, hasta el control horario y control de acceso físico a una sala de acceso restringido.

 

Los sistemas biométricos tienen como principal ventaja, una mayor seguridad y comodidad que los sistemas tradicionales basados en los passwords o tarjetas. El acceso a través de la biometría no depende de algo que sabemos o que tenemos y que nos pueden robar o copiar; depende de lo que somos, es decir nuestras características físicas.

Es por este motivo por el que la tecnología biométrica es el sistema de seguridad más fiable en la actualidad. Esta secuencia numérica, llamada patrón de registro, queda almacenada en una base de datos segura y servirá para las siguientes comparaciones cada vez que la persona autorizada desee acceder al sistema.

 

-Debido a que las huellas digitales son un razgo distintivo entre los seres humanos, estas han sido utilizadas como medio de identificación. Según B.C. Bridgest , especialista en la materia, las huellas digitales comenzaron a usarse en las antiguas civilizaciones:-

 

“Algunos de lo primeros usos prácticos de la identificación mediante impresiones dactilares son acreditados a los chinos; quienes la aplicaban diariamente en sus negocios y empresas legales mientras tanto el mundo occidental se encontraba en el periodo conocido como la edad oscura”.

 

Asimismo, dice Bridgest, en el libro de leyes chino de Yung Hwui:

 

“Se establecía que para divorciarse de la esposa, el esposo debía dar un documento que expusiera siete razones para hacerlo. Todas las letras deberían estar escritas con su propia mano y signar el documento con sus huellas dactilares”

 

A las huellas digitales, también se les menciona en la Biblia:

 

“y puso un sello sobre su mano para memoria ante sus ojos” (Éxodo 13:9) y se refiere a ellas precisamente como una característica distintiva entre los seres humanos.

 

En investigaciones criminalísticas han sido utilizadas desde el siglo XIX y en la actualidad, haciendo uso de métodos electrónicos se constituyen en un recurso mucho más efectivo en este campo.

 

En México (artículo 1834 del Código Federal Civil) como en otros países del mundo, las huellas digitales son reconocidas legalmente como sustituto de la firma escrita, indispensable para imponer obligación en un contrato o documento, en los casos en que la persona involucrada no pueda o no sepa firmar.

 

Principal

Atrás

Erika Rosalía Contreras Vázquez.